DR. ULISES SOSA SALINAS

"No existe peor error que persistir en el error..."

José Martí

Ya se va haciendo casi rutina la publicación en nuestra prensa escrita de artículos, unos con cierto fundamento científico y otros ofensivos que pretenden ser “simpáticos”, como el recientemente publicado en Juventud Rebelde Dominical del Día de las Madres, sobre la utilización de la energía piramidal con fines terapéuticos o de otra índole. Los argumentos en que más insisten los autores se refieren al aspecto semántico de utilizar la palabra “energía” cuando nos referimos al efecto piramidal. No se esgrime ningún argumento en torno a la demostración no científica de los cientos de resultados obtenidos hasta la fecha. Se escamotea la esencia bajo un manto discursivo en torno a la definición de un vocablo (energía), el cuál reconozco desde ya que en el ámbito de la disciplina de la física posee sus regularidades.
El que suscribe este artículo, médico, especialista de II Grado en Ortopedia y Master en Medicina Natural y Tradicional, lleva trabajando con esta modalidad terapéutica piramidal desde finales de la década de los 80 con excelentes resultados plenamente confirmados en Protocolos investigativos siguiendo la metodología científica vigente en nuestro país (Cuba).
De hecho, ya se cuentan por decenas las Tesis de Grado realizadas sobre el tema.

Como es sabido, para autorizar una Tesis o Trabajo de Terminación de una Especialidad, Maestría o Diplomado, es requisito indispensable la presentación de un Proyecto que reúna todos los parámetros de un Ensayo Clínico o investigación metodológicamente correcta.

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Cuba ostenta el honor de ser el primer país en el mundo que utiliza esta económica y efectiva terapéutica y que ha publicado artículos e investigaciones relacionadas con la misma. Ya se cuentan por miles los pacientes tratados eficazmente a todo lo largo de la Isla. El libro Terapéutica Piramidal en Asistencia Primaria está publicado en la actualidad en INFOMED, página web del Ministerio de Salud Pública de Cuba que se lee nacional e internacionalmente.
En el año 2000 se realizó un Simposium Internacional de Física Teórica y Biológica, publicado en Internet, donde se dedicó gran espacio a la discusión sobre la “energía de las formas” llegándose a la conclusión “sobre la existencia de la radiación del hadrón y magnetismo del hadron, producidos por las partículas nucleares del hadrón, protón y neutrón. La radiación del hadrón, conocida como biogenesia, bioinformación, bioenergía y biocampo, se genera de grandes cuerpos cósmicos (Tierra, Sol) y de los objetos biológicos también” “Los flujos concentrados de radiación planetaria, producidos por ciertas construcciones (la pirámide, etc), se usan ahora en varias aplicaciones tecnológicas. En este trabajo se propone el modelo de generación de radiación de hadrón y los parámetros de esta radiación son evaluados”. (SIMPOSIUM “THEORETICAL PHYSICS AND BIOLOGY”. ABSTRACTS (Sorted in the alphabetical order by surnames of speakers) A.A. Adamenko, Yu. N. Levchook On the new direction in biophysics).
Si buscamos la palabra hadrón en la Enciclopedia Encarta, encontraremos la siguiente definición: “Hadrón: cualquier miembro de una extensa familia de partículas elementales que interaccionan a través de la llamada fuerza nuclear fuerte; esta fuerza no sólo mantiene unidos a los protones y neutrones en los núcleos atómicos, sino que también rige el comportamiento de los hadrones cuando se hacen colisionar partículas de alta energía con los núcleos. Las otras fuerzas naturales fundamentales, la gravitatoria, la electromagnética y la fuerza nuclear débil, también actúan sobre los hadrones...“


Con respecto al efecto piramidal -soy médico no físico- desde hace muchos años comprobamos su gran similitud con los efectos del magnetismo aplicado. Ambas técnicas poseen las siguientes acciones terapéuticas: analgésica (alivia el dolor), antiinflamatoria y bacteriostática in vivo (inhibe el desarrollo de las bacterias). Además experimentalmente hemos comprobado que el efecto piramidal es además miorrelajante (relaja los músculos) y sedante. Estos efectos no sólo se han observado en seres humanos, donde pudiera aducirse el factor subjetivo, sino en animales, donde esa variable está reducida a cero. En la actualidad se ha generalizado una técnica en los apiarios estatales para los panales de abejas que sufren la enfermedad micótica llamada Ascopherosis, aplicando el efecto piramidal con excelentes resultados. Esta terapéutica surge tras una investigación realizada hace algunos años en Camagüey por la Dra. Elena de Varona y el autor de este artículo. Los resultados de este trabajo fueron presentados hace dos años en un Congreso Internacional celebrado en La Habana y que tuvo amplia cobertura en la prensa radial y escrita. A partir de ese momento se generalizó esta técnica que ha ahorrado al país divisas al eliminar la importación de medicamentos, no muy útiles por cierto, para combatir esta afección de las abejas.

El uso del efecto piramidal en el medio orgánico, es además factible en plantas. Tenemos incluso evidencia de experimentos realizados por los alumnos de la Vocacional Máximo Gómez de Camagüey, utilizando el efecto piramidal en plantas con grupos de control, observando excelentes resultados en el desarrollo de las plantas y semillas a las que aplicaron las pirámides, con respecto al otro grupo al que no se les aplicó. También experimentaron con los efectos en el medio inorgánico observando la conservación del filo de cuchillas y solución de disquetes de computación defectuosos. Los resultados obtenidos en estas investigaciones se presentaron en diversos Forum estudiantiles obteniendo premios y menciones. Inclusive la Dra. María Isabel Mestre, del Policlínico “California” en la capital, ganó no solamente premio, sino reconocimiento oficial ante la presentación de su investigación en el Forum de Ciencia y Técnica. Demostró cuantitativamente el ahorro en divisas para el país ante la recuperación del filo de las fresas que se emplean en estomatología en su institución, bajo el efecto piramidal.

Ahora bien, quisiera preguntar a estos notables físicos tan preocupados por la generalización del uso de las pirámides:
(1) ¿Cuántos protocolos investigativos metodológicamente correctos han realizado para demostrar la supuesta ineficacia del efecto piramidal?
(2) ¿Dónde han sido publicados esos resultados?
Considero que sería mucho más beneficioso para la ciencia, para el país y para el desarrollo integral de nuestros educandos, profesionales y población en general, que argumentemos en función de los aspectos semánticos y en función de los contenidos propios de cada disciplina. No creo que debiera existir polémica alguna entre físicos y médicos sobre este tema. Al contrario, deberíamos aunar esfuerzos para lograr demostrar de una vez y por todas, que este efecto o energía o como quieran llamarlo es efectivo –como ya hemos comprobado exhaustivamente- y constituye un enorme logro para nuestro país, en especial en estos duros momentos que estamos viviendo, asediados, bloqueados y amenazados por la potencia más despiadada y poderosa del mundo. El ahorro que traería a los pacientes y al sistema de salud en medicamentos y terapias, sería por sí sólo un aliciente para estimular más investigaciones y estudios tanto físicos como médicos en esta apasionante temática.
Aferrarse a dogmas y llamar pseudociencia a abordajes terapéuticos que han demostrado su efectividad a través de milenios -si nos referimos a la medicina asiática-, no debe ser precisamente la característica del científico, que debe estar abierto a la comprobación y a respirar el oxígeno de los hechos.
Aunemos esfuerzos en aras de un futuro mejor y más productivo. Enfrentemos la efectividad de “lo que se produce” bajo la pirámide a la fantasía de los unicornios de una vez y por todas, para enriquecer el contenido de la ciencia (que es el deber de todo científico). No desdeñemos experiencias eficaces acuñadas por el tiempo y la constancia. Seamos menos discriminadores, evitemos los conceptos espurios y seamos más abiertos a la crítica sana y al solidario apoyo en pro de un fin común.


Digamos como las Madres de la Plaza de Mayo:
"La única lucha que se pierde es la que se abandona... " y recordemos a Paracelso: “Lo que durante siglos es tomado como superstición, muchas veces constituye el substrato de la ciencia para futuras generaciones”


Dr. Ulises Sosa Salinas

Especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología

Máster en Medicina Natural y Tradicional

Profesor Consultante del ISCM de Camagüey

Presidente de Honor de la Filial Prov. Soc. Cubana de Ortopedia

Miembro del Consejo Científico Prov. de la Salud, Camagüey

Miembro Ejecutivo de la Soc. Internacional de Holomedicina Integrativa

Resp. Nacional de Terapéutica Piramidal Soc. Bioenergética y Naturalista, MINSAP

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