GEOMAGNETISMO


Este es un escrito de la Ing. Silvia Yraola Herrero, de Cuba, investigadora en campos magnéticos, pirámides, geobiología, magnetismo y cromoterapia. En sus cuarenta años de carrera investigativa ha logrado saltarse las barreras del nihilismo y la mediocridad intelectual de la ciencia académica. Pero contando no sólo con un título en Ingeniería, sino con un currículum demasiado extenso como para adjuntar al mensaje, vale la pena tener en consideración estas "conclusiones", que no provienen de un místico ni de una percepción subjetiva, sino de análisis metódicos durante años.
Silvia no es egiptóloga, pero sus conclusiones deberían tenerse en cuenta a la hora de estudiar los materiales en las Grandes Pirámides, especialmente en los bloques que componen el volumen central.

Un Abrazo cuarcífero

Gabriel

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Ing. Silvia Yraola Herrero (UNAIC Cuba)


Queridos Amigos:

Como ustedes saben estudio desde hace más de 15 años diferentes recursos naturales (minerales) que tienen aplicaciones terapéuticas entre ellos el Cuarzo (sobre todos el Cristal de Roca) y otros tipos de Cristales preciosos y semipreciosos como el Opalo, Amatista, Esmeralda, Rubi, Aguamarinas, entre otros (Ejemplo: EL RUBÍ ESTIMULA EL RIEGO SANGUINEO, EL TOPACIO COMBATE LA DEPRESION Y LA ANSIEDAD, LA TURQUESA ELIMINA LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS, LA AMATISTA CONTRA DOLORES DE CABEZA E INSOMNIO).

Los cristales de diferentes minerales tales como el cuarzo, ópalo, turmalina, calcita, halita y otros, no están reconocido hoy día por la medicina moderna entre los tratamientos para la curación de las personas. Pero se conoce que los cristales de cuarzo son utilizados desde tiempos inmemorables. Los usaron los sacerdotes druidas, y los monjes tibetanos como medio de sanación. En el antiguo Egipto se les adjudicaba poderes sobrenaturales, pero su uso como adornos, como piedras preciosas se fue extendiendo y nos olvidamos de sus posibilidades curativas. Sin embargo es conocido que cuando los colonizadores llegaron a América, los indios usaban la "nefrita" (roca de joyería) en forma de cinturón, con el fin de expulsar las piedras de los riñones.

La realidad es que todos los cristales influyen de una forma muy especial sobre la energía corporal (Qi) y de esta forma mejoran la calidad de vida, eliminando o mejorando diferentes dolencias físicas. Los minerales debido a su estructura cristalina compuesta de diferentes átomos para formar moléculas, poseen vibraciones en diferentes frecuencias definidas y esta frecuencia es la que les permite actuar sobre la energía corporal, puedo decirte que el cuarzo está compuesto por dióxido de silicio (SiO2) formado por prismas hexagonales, rematados por pirámides que pertenecen al sistema romboédrico, además es Piezoeléctrico: fenómeno reversible que permite transformar las vibraciones mecánicas en oscilaciones eléctricas. O sea, si a uno de los lados del cristal se le aplica una fuerza perpendicular, a lo largo del eje mecánico, se producen cargas eléctricas en la cara plana del cristal. Y también es Piroeléctrico: cuando ocurre un cambio de temperatura, cambia la polaridad eléctrica, donde las cargas son proporcionales a estas variaciones y a la sección del cristal, no a la longitud, ni a la duración del cambio. Si la temperatura se mantiene estable desaparecen las cargas al cabo de un rato. Ambos efectos piezoeléctrico y piroeléctrico están estrechamente ligados, donde por calentamiento aparece la piroelectricidad, aparece así mismo la piezoelectricidad e inversamente también hay relación entre el enfriamiento y la atracción. La vibración mecánica piezoeléctrica (oscilación) en el cristal de cuarzo, tiene un altísimo grado de estabilidad de la frecuencia, en largos períodos de tiempo. Cada cristal tiene su propia frecuencia de vibración, la cual es constante, la vibración depende del espesor, a mayor grosor es más lenta y en cristales delgados más rápida. Emitiendo ondas ISOCRONAS, de allí que sus características piezoeléctricas e isócronas permiten modificar el campo energético amplificando, focalizando y controlando la energía por eso: curan, armonizan y modifican la conducta humana. Las oscilaciones de los cristales de cuarzo son de más de 4 millones de pulsaciones por segundo. El cuarzo almacena energía como un condensador y tiene doble refracción por 1 hora aproximadamente. Puede rotar el plano de polarización de la luz, o sea puede pasar de ( + ) a ( - ) y viceversa.


Si colocamos un fragmento de cristal de cuarzo sobre uno o varios puntos acupunturales, situados sobre la piel esto estimula mecánica, térmica o eléctricamente al fragmento y por ende uno de los cristales comienza a vibrar en su frecuencia propia y el resto de los cristales lo hace por contigüidad, generando oscilaciones resultantes que estimulan y activan el punto, esta información llega al cerebro, que la toma como patrón y la envía nuevamente de regreso, encausando la energía al nivel adecuado y estable requerido por el organismo, este es uno de los mecanismos de acción, otro es si colocamos un fragmento de cristal de cuarzo en la mano izquierda, la temperatura corporal provocará el efecto piroeléctrico, apareciendo cargas ( + / - ) a ambos lados del cristal, trabajando el cristal como un electroimán, por tanto el organismo comenzará a cargarse de energía hasta un nivel adecuado y estable, teniendo en cuenta que cuando el organismo se estabilice, el cristal dejará de vibrar, es posible que algo parecido pase con la energía piramidal, nosotros estamos probando con diferente tipos de minerales les damos carga y luego los usamos para diferentes afecciones del SOMA, hemos notado que con esta carga se acelera el proceso de recuperación.

Pienso que debemos tomar en cuenta la siguiente máxima de Hipócrates: La fuerza curativa natural que hay dentro de cada uno de nosotros es la más grande que existe para curarse, esto ya es mío: sólo tenemos que proponernoslo.

Hasta la próxima, muchos cariños y reciban unos besos cristalinos.

Silvia


LAS ONDAS SHUMANN - POR Guido S. Bassler


(Recibido mediante internet en 2004)

En los años 50, el profesor Dr. O. W. Schumann (Universidad Tecnológica de Munich, Alemania), descubrió un efecto de resonancia en el conjunto tierra-aire-ionósfera, que hoy se llama ONDAS SCHUMANN, que forman el fenómeno llamado "Resonancia Schumann".

En Física se les llama "Ondas magnéticas transversales". Las ondas Schumann vibran en la misma frecuencia de 7,8 Hertz (ciclos por segundo) o sea igual que las ondas cerebrales de los seres humanos y de todos los mamíferos.

Aunque la Academia Física oficial lo ha intentado ignorar, las grandes potencias mundiales han experimentado con estas ondas en secreto. Este asunto representa una de las armas escalares más sofisticadas y ya existen Mediante la modulación de estas ondas se interfiere drásticamente en la mente del enemigo, causando los estragos más increíbles, pero las consecuencias son imprevisibles a nivel global.

El profesor Schumann trabajaba en 1950, con sus alumnos de la universidad, en cálculos de potenciales en sistemas esfero-simétricos. En una ocasión les planteó calcular el potencial de dos cuerpos semiesféricos con una distancia "X" entre ellos y que ambos serían conductores eléctricos. Entonces, les propuso, como al pasar: "También están la tierra y la ionosfera. Tomemos el diámetro de la tierra y el diámetro de la capa inferior de la ionósfera, la capa pesada y calculen qué frecuencia sería allí la resultante".

El tenía que calcularlo también, para ver si los cálculos de los jóvenes eran correctos y obtuvo entonces un resultado aproximado de 10 Hz o sea diez ciclos por segundo. Publicó el resultado en una revista de Física y casualmente el médico Dr. Ankermüller, interesado por la física, lo leyó y le llamó mucho la atención este resultado, ya que 10 Hertz es el ritmo Alfa del cerebro humano, o sea una frecuencia muy característica.

Inmediatamente llamó al Dr. Schumann y dijo:

- "Es muy interesante lo que Usted ha medido. Eso de que la Tierra tiene la misma resonancia del cerebro humano. Deberíamos asegurarnos que esto es realmente así".

-"Bueno", le contestó el Dr. Schumann, "Si esto resulta interesante para la medicina, pondré a un estudiante que justamente tiene que hacer su tesis de doctorado, para que lo verifique con mayor exactitud, pues los 10 Hertzios eran sólo un valor aproximado".
El alumno aspirante a doctor se llamaba Herbert König, quien más tarde se casó con la hija del famoso Dr. Ernest Hartmann. Más tarde Köning fue sucesor del prof. Schumann en la Universidad de Munich.

El Dr. König, mediante una larga serie de mediciones, pudo determinar que el valor exacto de la resonancia planetaria era de 7,8 Hz y esto hizo que el tema resultase más interesante aún, pues 7,8 Hertz es la frecuencia general del hipotálamo y es la única frecuencia que en todos los mamíferos, incluso el hombre, es tan exactamente común. El ritmo Alfa varia de una persona a otra y es de aproximadamente 9, 10, y hasta 11 Hertzios, pero la frecuencia de 7,8 Hz es exacta como factor común a todos, es una constante normal que funciona como un marcapasos en nuestro organismo y lo más importante: SIN ESA FRECUENCIA NO SERÍA POSIBLE LA VIDA HUMANA.

Este asunto fue comprobado más duramente por los primeros astronautas, tanto rusos como americanos, ya que volvían de sus misiones en el espacio con la salud muy deteriorada. Al estar fuera de la ionosfera les faltaba la pulsación de esa frecuencia vital de 7,8 Hz.
Los científicos solucionaron este problema mediante generadores artificiales de ondas Schumann.

Los científicos hicieron en la NASA por aquella época, muchos estudios importantes al respecto. El Profesor Wever hizo construir un bunker subterráneo totalmente aislado magnéticamente. Durante varias semanas hizo allí experimentos con voluntarios estudiantes que permanecían en encierro. A los pocos días aparecían serios problemas de salud: dolor de cabeza, migrañas, alucinaciones, etc. Y los ritmos cardíacos se alteraban también notablemente. Pero luego se los llevaban (dentro del mismo bunker) a un ambiente con pulsaciones de 7,8 Hz, entonces la salud de los sujetos se estabilizaba rápidamente y el efecto equilibrador duraba varios días.

Muchas personas sufren con gravedad las consecuencias de los cambios electromagnéticos, ya sea por tormentas meteorológicas, y más especialmente por las tormentas electromagnéticas, cuando esas frecuencias de las ondas Schumann sufren interferencias y modificaciones. Muchos problemas cardíacos son debidos a este hecho. La moderna terapia biomagnética, con ayuda de aparatos generadores de ondas Schumann y de ondas geomagnéticas aporta hoy en día una valiosa ayuda para superar estos problemas.

Traducido por Piramicasa :Gabriel-Silva: Piramicasa., de escritos del radiestesista Guido S. Bassler


Debemos añadir que las pirámides no reemplazan totalmente (todavía) a los generadores de ondas Schumann, pero ajustan el funcionamiento cerebral a las ondas de la Tierra. Como el campo magnético está cambiando y actualmente la frecuencia Schumann se encuentra en progresivo aumento (cerca de los 11 Hz a principios de 2012), lo que hace la pirámide es facilitarnos la adaptación a esas nuevas condiciones del campo magnético terrestre. Esa adaptación se hace por el hecho de mantener al cerebro en mayor producción de ondas Alfa, lo que nos permite mantener más firme los estados de conciencia (autoconciencia) sin caer en los desvaríos que produciría el cerebro si intentase mantener forzadamente el ritmo de 7,8 Hz como directriz de su funcionamiento. Si bien el hipotálamo requiere esa frecuencia para trabajar correctamente, nuestra conciencia más elevada no se encuentra tan sujeta a él. Si mantenemos más elevada la conciencia mientras producimos más ondas Alfa, vamos acostumbrándonos a ello, con lo que el cerebro puede adaptar más fácilmente muchas de las funciones fisiológicas que normalmente rige el hipotálamo.
Por otra parte, el efecto piramidal consigue ajustar natural y espontáneamente muchas funciones que el cerebro debe regir mediante este órgano (el hipotálamo), en el cual no es "tan así" que sea el centro de las emociones y sentimientos. Cierto que hay una conexión, pero en realidad el hipotálamo es el intermediario neurológico entre la conciencia y las reacciones somáticas de las emociones, así como de la producción endocrina. Algo así como el "detonante fisiológico", no quien tiene la última palabra.
No obstante, aunque es importante utilizar inductores de onda Schumann, la pirámide hace lo suyo muy bien, reemplazando en gran medida a estos artefactos de difícil adquisición.



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