CURACIONES EN MEDIO ACUÁTICO
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Por Mario Albán Camacho
TESTIMONIO MARIO
"Tengo un pez".
La anterior frase sólo es un decir, pues no somos dueños de nada, ni del cuerpo, al que un día debemos dejar para continuar nuestra evolución en este u otro espacio sidéreo. Mi padre decía que la vida sólo la tenemos prestada. Esta creencia -la de que somos dueños- del mi, mi, mi en todo, ha creado impudicias humanas como el "terratenientismo" o las fronteras nacionales, que han producido injusticias o han hundido nuestra vida en estrechos confines donde el humano sobrevive devaluado.
Escrita la anterior digresión, digo que me acompaña un pez Betta, al cual bauticé con el nombre de Dragoncito. El hecho es que él enfermó: ojos blancos, como "con telilla", no comía, no nadaba, solo permanecía agonizante en el fondo de la pecera.
Entonces resolví poner el pequeño recipiente con el agua en donde perecía la criatura, en una de mis pirámides, la de 45 cm de lado de base, con altura de 28,6 cm y aristas de 42,8 cm. El primer día tuve a Dragoncito 4 horas, y como el día siguiente vi mejoría en él, aumenté a 6 horas su estadía dentro de la pirámide.
Y al cuarto día, en duración de 6 horas en el artefacto, el pececito recuperó colmadamente su salud. Debo anotar, además, que sin otra guía que su intuición, se ubicaba al norte de la pirámide (los investigadores del campo, piramidólogos se llaman), saben que al norte es donde la pirámide puede ser más curativa y en no pocas ocasiones, se erguía hacia el vértice o cúspide (lugar en el cual la pirámide concentra mayor energía).
¿Sabe un pez de efecto placebo? No. Su curación es una de las tantas pruebas de la energía piramidal terapéutica, ancestral energía redescubierta en el siglo XX.
Hagamos un poco de historia pertinente. Las propiedades energéticas de las pirámides fueron redescubiertas hace más de 60 años por el científico francés Antoine Bovis. Él observó que los animales que se introducían en las pirámides egipcias y morían allí, se momificaban igual que los cadáveres humanos sepultados en pirámides, de donde dedujo que la propiedad de momificación no recaía en bálsamos especiales ni en medicamentos, sino en "algo" que ocurría en el interior de la pirámide que permitía este efecto conservador de la materia. Luego pudo comprobar experimentalmente que era posible reproducir este efecto con modelos hechos a escala de la Gran Pirámide y orientados convenientemente hacia el norte magnético.
A más de medio siglo de haber sido redescubierta la energía piramidal, se han hecho descubrimientos formidables en su aplicación, sobre todo en Cuba, donde el gobierno legalizó el uso de las pirámides, hace alrededor de una década en el sistema hospitalario de la isla, luego del denodado trabajo realizado en este campo por el doctor Ulises Sosa Salinas. Asimismo, es de reconocer el aporte que en esta esfera ha hecho el piramidólogo Gabriel Silva, quien desde España disemina sus valiosos conocimientos referentes.
Mario 23/de mayo/2014
A este texto de nuestro Amigo Mario, hemos de agregar los siguientes detalles:
1) A modo de corrección histórica, es una creencia masificada por la arqueología ortodoxa, que las momias se relacionan con las pirámides. En realidad, si los faraones hubieran sabido del efecto momificador de las pirámides, no habrían hecho la taxidermia aplicada a todas las momias encontradas. No les habrían retirado las vísceras; habrían dejado completo el cadáver. En el más allá o en su reencarnación, no habrían necesitado andar buscando órganos de repuesto, como en las películas (esa fuente fantástica de desinformación masiva).
2) El experimento con Dragoncito es el primero notificado por alguien ajeno al Grupo de Investigación "Osiris", pero en realidad son muchos los experimentos hechos, comprobando que en los acuarios ocurre lo mismo que con los seres terrestres, sean plantas, animales o personas. No hay putrefacción, por lo tanto no hay infecciones bacterianas. Ello no quiere decir que no haya que mantener una higiene adecuada, pero sin duda se elimina la casi totalidad de las enfermedades de los peces. No se ha hecho investigación específica sobre enfermedades en peces, salvo las relacionadas a bacterias, pero es lógico inferir que habrá en ellos los mismos efectos reconstructivos a nivel óseo, nervioso y muscular que en los animales y personas tratadas con pirámides.
3) Sugerimos a los piscicultores y amantes de los acuarios a realizar experimentos con ellos, siguiendo las mismas normas que para los usos en plantas y animales terrestres. Efectos curativos de la pirámide en acuarios es algo que se viene probando desde hace décadas.
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