TRAMPA GRATIS PARA RATAS Y RATONES - TRAMPA CASERA PARA ROEDORES, FÁCIL DE HACER
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Las ratas, ratones y otros roedores por el estilo, son "animalitos de Dios", pero cuando invaden nuestro hábitat representan un problema muy serio para la salud humana, pues pueden transmitir enfermedades como la peste bubónica, la rabia, el hantavirus (que parece una pulmonía en principio, pero es mucho peor). Los virus y bacterias son dejados por las ratas y ratones mediante su saliva, orina y excrementos. Transmiten parásitos como la tenia saginata (lombris "solitaria" y a veces no tan solitaria), leptospirosis o enfermedad de Weil, que produce la bacteria Leptospira interrogans, así como otras enfermedades igualmente graves, como la toxoplasmosis y la triquinosis (que no sólo la transmiten los cerdos, como mucha gente cree).
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Los gatos no siempre son suficiente remedio para acabar con las plagas de ratas, y menos aún en las ciudades, donde no dan abasto o no son compatibles con los hábitos de las personas. Incluso en casas de campo donde hay muchos gatos, es preferible que los roedores caigan en trampas y los matemos y quememos, y no que los coman los gatos que luego acariciamos, porque se convierten en portadores de bacterias y parásitos.
Por eso publicamos estas dos trampas caseras para roedores que no se limitan a ahuyentar a los roedores, no tienen costo en su compra ni en su mantenimiento, toda vez que hallamos en cualquier lugar del mundo los elementos para fabricarlas. En media hora está lista una y en menos de diez minutos la otra. La trampa del balde es para cazar muchas ratas a la vez. La de la botella es más adecuada para las ciudades, donde suele haber una o dos ratas solamente.
TRAMPA CASERA DEL CUBO O BALDE
Dificultad: Media-Baja.
Esta es posiblemente la mejor de todas. Las ratas son muy hábiles y por ello confiadas. Pero la rueda donde está la apetecida comidita gira y se caen al agua, de la que no lograrán salir. Se puede hacer con botellas, latas de aluminio, etc. Esta se hizo con un tubo de PVC de 40 mm de diámetro y sus dos respectivos tapones (con un agujero en el centro de cada uno), una barilla roscada que atraviesa los tapones y el tubo, sus tuercas y arandelas para que pueda girar todo libremente. Las imágenes son de dos días después, pero a la semana había veintidós ratas ahogadas.
El agua tiene medio litro de leche, que enmascara la situación de las ratas dejando ver sólo sus lomos. Tras vaciarlo, otras dos semanas y caen diecinueve más. El chocolate (dos pedazos atados cinta) sigue ahí, es el mejor cebo para ratas. Las latas de metal tienen que estar pintadas para evitar que se oxiden. Así duran mucho. Estas tenían una buena pintura, que sigue protegiendo la lata, pero también puedes usar bidones o tarros de plástico. La trampa para ratas funciona siempre que la rueda gire muy bien. En este caso hay un tamiz para granos que les permite subir. Conviene hacer todo con guantes de plástico. Se colocan y se lavan bien las manos para que no quede nuestro olor o un perfume. El olfato de las ratas es superior incluso a los de los perros y desconfían cuando el olor no les gusta. Cuando hay unas cuantas, se tira el agua con las ratas en la alcantarilla de la cloaca y se vuelve a poner agua hasta la mitad, con medio litro de leche. Conviene no tocarla nunca sin guantes y sólo cuando se va a vaciar y renovar el agua.
Todas las demás trampas para ratas son buenas, pero ponemos en primer lugar, lógicamente la mejor. Veamos otras, por si no consigues materiales para esta anterior.
La Cruz de Palos - Dificultad: Baja.
La puede hacer hasta un crío de ocho años, pero conviene que lo haga un adulto. Lo más "complicado" para la gente de ciudad, es hacer las ranuras. Tendrá que disponer de una lima, un cuchillo o una navaja filosa.
Preparas dos listones. Aquí el listón 1, con dos centímetros de espesor por 1,5 cm de ancho. Debe tener unos cinco centímetros más de cada lado, que el diámetro del balde o cubo que consigas. El cubo, mientras más profundo, mejor. Puedes usar un tambor de pintura, cualquier cosa que tenga más de ocho litros de volumen y que no sea muy ancho. Las ranuras que se encajarán en el borde, deben ser apenas uno o dos milímetros más anchas, para que el listón pueda moverse sin atascarse. En algunos casos, dependiendo del peso de la madera, tendrán que limarse los bordecillos de la ranura, para que quede "panceada" la parte que se apoya en el borde.

Luego procedemos a preparar la tabla que va cruzada, el listón 2. Este es más corto, de un mínimo de ocho a diez centímetros de cada lado del borde del cubo, es decir, que tendrá unos 16 centímetros menos que el diámetro del balde. Debe medir unos 3,5 centímetros de ancho y un centímetro de espesor, cualquiera sea la madera utilizada. También puede usarse listones de plástico, pero es más difícil de manipular y hacer el calado de la imagen anterior.

Una vez preparados, se clava el listón 2 sobre el listón 1 formando una cruz lo más centrada posible. En la siguiente imagen la vemos "desde abajo" con sus medidas. El cebo se colocará en uno o ambos extremos del listón 2, lo que obligará a los roedores a caminar sobre el mismo.

Lo colocamos sobre el cubo y el peso de la rata o ratón, aunque sea de unos pocos gramos, hará que la cruz se vuelque... Para que la trampa no falle nunca, debemos probar con una cuchara de cocina pequeña o cualquier cosa apenas más pesado que la cucharita de café (muy aproximada al peso de los ratones más pequeños) e ir redondeando los encajes hasta que la cruz vuelque al apoyarla. Algunos han intentado con los encajes muy finos y redondos, ya han fallado, porque si la rata siente que se balancea mientras camina hacia el centro, se da la vuenla, se va y no vuelve.

Viendo desde arriba la trampa para ratas, ratones y roedores en general, queda como en la siguiente foto (no hemos querido poner las fotos reales porque son muy desagradables para personas sensibles). Se suelen acumular unas cuantas ratas, que mueren ahogadas. Son excelentes nadadoras, pero al intentar salir, lo que es absolutamente imposible porque no pueden trepar por lo resbaladizo del cubo, se cansan en un rato y mueren ahogadas. Algunas especies acuden al llamado de las desesperadas que han caído y van cayendo una tras otra. Es conveniente enterrar luego los cadáveres, o incluso quemarlos, evitando la contaminación virósica, bacteriana y de parásitos.

TRES COSAS MUY IMPORTANTES
- Tenga en cuenta que así como las ratas no pueden salir del cubo porque no vuelan, tampoco podrán llegar al travesaño mayor para caer en la trampa si no coloca el cubo cerca de algo donde las ratas puedan subir. Escalan paredes revocadas, de alicatado grueso o salpicrette, pero no pueden subir por un muro liso o a una caja de cartón... Hay que dejarles el camino fácil.
- Los roedores tienen un olfato sólo comparable al de los gatos, aparte de ser muy inteligentes y desconfiadas, así que intenta trabajar con guantes, y sobre todo no tocar el cebo con las manos, porque muchas veces no se acercarán, sólo porque perciben tu olor, aunque no estés.
- Tienes que hacer la prueba de la cuchara como indiqué antes, porque si la trampa falla y la rata, a punto de llegar al cebo, comprende que es peligroso y retorna al centro para irse, no caerá nunca más en esa trampa, ni caerán sus compañeros ni su prole. Como toda especie, las ratas aprenden y por eso fallan en muchos sitios las trampas que no están bien hechas desde el primer momento. Sólo el compañerismo de especie hace que caigan una tras otra cuando intentan ayudarse. En esos casos no se puede quitar la trampa hasta que estén adentro todas las del entorno. Pero si la primera no cae, tendrá que esperar meses antes de volver a intentarlo. La prueba de la cuchara es imprescindible.
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SEGUNDA TRAMPA PARA RATONES
(Más adecuada para las ciudades, donde sólo hay una o dos ratas rebeldes, o donde han hecho mal la trampa anterior).
Dificultad: Muy baja.
Sólo precisa una botella de cuello ancho o una de plástico, un chorrito de aceite, cebo, una caja de zapatos y un poco de tierra o arena. Efectividad: Alta, muy alta.
Se consigue una botella de aceite de boca ancha, o bien una de refresco, de las de plástico, que tenga al menos dos litros de volumen, porque debe ser suficientemente larga para evitar que la rata que entre, consiga escapar. Hay quienes la hacen con tubo de aluminio u otro metal o plástico, más sofisticadas, pero no más efectivas. Se corta como indica la imagen, dejando unos cinco o seis centímetros de diámetro, para que el roedor pueda entrar. Se echa un chorrito de aceite para que quede bien enaceitado todo el interior. Esto hará que las ratas resbalen sin poder subir. Se coloca el cebo (el queso siempre es de los mejores cebos) cuidando que no se llene de aceite, que impediría en alguna medida que desprenda el atractivo olor. Luego se coloca en una caja de zapatos o similar, rellenando con arena o tierra para que no pueda moverse, dejando una inclinación de 45 grados cuando la botella es grande y la rata pequeña. Los mejores resultados los tenemos con una inclinación de 52 grados, porque la rata entra confiada en que podrá luego subir por esa pendiente. El aceite impedirá salir incluso a los ratones más rápidos. En esta imagen de la trampa para ratas hemos puesto la inclinación aproximada a los 45º, pero con 52 grados es más segura, sobre todo donde hay ratones de mayor tamaño.

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